[Análisis] ‘Bravely Default’
¡Ha llegado mi turno! -JUGABILIDAD-
Cuando se habla de «rol japonés» lo primero que se nos viene a la cabeza (aparte del claro sentimentalismo argumental) es su base jugable fundamentada en el tradicional sistema de turnos. En esta ocasión, Square Enix tenía claro que quería contentar a los jugadores habituales y no probar extraños experimentos que frustraran la experiencia de juego. El resultado es un sistema muy arcaico que lógicamente no defrauda en su propuesta pero que tampoco propone cambios sustanciales.
A pesar de esto, la principal novedad es la inclusión del sistema Bravely y Default. Activando durante el combate la acción Bravely podremos atacar un máximo de cuatro veces en el mismo turno y perder los cuatro siguientes. Se trata de una interesante función que añade más estrategia a los combates, pues puede hacer que acabemos con un temible enemigo si se utiliza en el momento correcto o por el contrario acabar con nuestras posibilidades de victoria. De la misma forma, el sistema Default permite realizar el proceso inverso, es decir, acumular turnos para gastarlos cuando queramos. Ambas fórmulas son curiosas variaciones de un sistema de combate que si no fuera por esto mismo pecaría de anodino.
Además, durante los combates podremos enviar o recibir a los personajes de nuestros amigos agregados en la consola para que ayuden a derrotar al enemigo. El funcionamiento consiste en asignar un ataque al personaje que queramos enviar por SpotPass y cuando nuestro amigo lo reciba, efectuará el movimiento que le ordenamos anteriormente. Aunque no deja de ser un mero añadido que no altera la forma de encarar los combates, sí que es un paso hacia una interacción más abierta y que utiliza de forma coherente las capacidades WiFi de la consola.
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Los menos duchos en el género agradecerán la incorporación de las bebidas PE, un objeto que al consumirse nos permite activar la habilidad Bravely Second. Con esta habilidad es posible parar el combate en cualquier momento y que el personaje que escojamos puede realizar acciones extra. Este sistema se carga completamente el planteamiento de los combates, aunque al ser algo opcional no repercute en la experiencia de los jugadores aficionados al género. Hay dos formas de conseguir estos puntos PE que activan la habilidad, o dejando la consola en modo espera durante ocho horas o pagar con dinero real dichos puntos mediante la conexión a Internet.
En las ciudades que vamos explorando en la aventura podremos comprar objetos propios de todo RPG como pociones, antídotos o colas de fénix y mejorar nuestro equipo con nuevas armas obtenidas en la armería. Tampoco falta un completo sistema de profesiones similar al de Final Fantasy V en el que los personajes pueden especializarse en una clase (hay más de 20 distintas y muy variadas entre sí) que definirá sus movimientos en combate y el tipo de equipo que puede llevar.
Un desafiante viaje que no queremos que llegue a su fin -DURACIÓN/OTROS-
Nos encontramos ante un juego largo, profundo y muy completo. Recorreremos numerosas ciudades, cuevas y mazmorras en las que se encuentran numerosas hordas de enemigos y siempre acordes al propio entorno. Completar la aventura nos llevará más de 40 horas que pueden extenderse hasta las 60 (o más) si exprimimos al máximo todas las misiones secundarias. Lejos de parecer una cifra imponente, lo cierto es que la experiencia de juego es tan gratificante que nos sabrá a poco y desde luego nos dejará muy satisfechos.
Sin embargo, a medida que avanzamos en la trama la curva de dificultad sufre de algunos altibajos que rompen el ritmo del juego. Nos hará falta dedicar horas a entrenar y aunque como en todo juego de rol el propio sistema recompensa al jugador por este esfuerzo, sí que la dificultad no aumenta de forma gradual y escalonada.
Una de las mejoras de esta versión que nos llega a Europa es la posibilidad de manejar distintas opciones de personalización que se adaptan a nuestra forma de juego. Podemos parar o acelerar a distintas velocidades la acción en los combates por si queremos dedicarnos a entrenar y no perder tiempo viendo cada animación de los personajes al ejecutar sus movimientos. Otra importante mejora es la posibilidad de cambiar el porcentaje de enemigos que queremos que aparezcan de forma aleatoria, algo que se agradece cuando queremos ir directos al grano y no toparnos con enemigos o cuando necesitamos subir niveles de forma desesperada. Incluso los novatos en este tipo de juegos pueden cambiar la dificultad de la partida en tiempo real con tan solo acceder al menú.
Hay añadidos más insignificantes pero curiosos como el modo de Realidad Aumentada, que permite utilizar tarjetas para ver a personajes del juego a través de la cámara de la consola. Los que se compren el juego en formato digital no deben preocuparse por esto, pues las propias tarjetas pueden descargarse desde la página de Nintendo de forma totalmente gratuita. Otro apartado que se aleja de la historia principal es el minijuego de Tiz que nos permite reconstruir su pueblo construyendo edificios, tiendas y otras variables. Se trata de un minijuego estratégico que añade más matices a la aventura y nos muestra otra feceta muy distinta del juego.
Una aventura mágica e irrepetible -CONCLUSIONES-
Bravely Default es el resultado de un trabajo cuidado hasta el más mínimo detalle y desprende la esencia y de forma artesanal. Una delicia audiovisual que aunque peca de no arriesgar en su fórmula jugable, sí sabe cómo aprovecharla de forma coherente y atractiva. Square Enix y Silicon Studio han elaborado una obra completa y profunda que puede mirar a la cara a los grandes del género sin ningún atisbo de duda. Un título que desprende esencia clásica por los cuatro costados y abre la puerta al desarrollo de más producciones de estas características.
Sin embargo, un guion cargado de clichés y una curva de dificultad irregular empañan el resultado final de una obra que no adolece en ninguna de sus más de 40 horas de aventura. A pesar de no innovar en su propuesta jugable, incorporaciones como el sistema Bravely y Default dan una vuelta de tuerca al manido concepto de combate por turnos. Square Enix recoge el testigo de producciones tradicionales como Final Fantasy IX y ha encontrado en Bravely Default la fórmula que concilia el rol japonés con los tiempos actuales.
De esta forma, Bravely Default se alza como el abanderado de los jRPGs de esta generación hasta la fecha y encuentra un inmejorable acomodo en la portátil de Nintendo proclamándose como adalid del género de cara a los años venideros. Un resultado que sorprende por su gran factura y que promete ser el inicio de una saga longeva y de indudable calidad.