[Análisis] SteamWorld Dig
Un páramo desolador. Dos pistoleros se reúnen en el centro del pueblo para poner fin a la soberanía del otro mientras una planta rodadora irrumpe añadiendo aún más tensión a la escena.
Así recuerdo algunos de los momentos más vivos y nítidos de mi infancia durante las tardes en casa de mis abuelos. El Salvaje Oeste era un tema recurrente en el mundo del cine durante aquellos años y las familias se regocijaban alrededor del televisor para contemplar las continuas reposiciones de películas protagonizadas por un pletórico John Wayne. Un niño como yo, aburrido ante aquel panorama, solo tenía una opción: buscar algo de diversión en aquella casa. Fue entonces cuando en una alta estantería descubrí un VHS llamado The Terminator.
En comparación con el desértico y caluroso ambiente del western, la acción futurista ideada por James Cameron me introdujo en un mundo en el que era posible mirar al futuro (aunque solo fuera para ver robots asesinos) y no solo al pasado. Ahora, en pleno 2013, Steamworld Dig ha conseguido que me reconcilie con esas dos partes contrapuestas de mi infancia. Un loable intento de aunar la estética del Salvaje Oeste y el universo de los robots.
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PICANDO ORO -JUGABILIDAD-
La fórmula jugable se resume en investigar las minas y obtener materiales que luego canjearemos para conseguir mejoras que nos permitan seguir picando. Aunque pueda parecer un planteamiento sencillo o simple, la variedad de minerales que podremos obtener (desde cobre hasta diamantes poco comunes) y los distintos lugares a cada cual más diferente y con sus propias peculiaridades, aseguran una adictiva jugabilidad que no falla en ningún momento de la aventura.
Por suerte, el pico no será la única herramienta que utilicemos. Y es que tras la primera hora de juego, cuando creemos que ya hemos perfeccionado nuestra técnica, descubrimos que hay lugares en los que la dureza de los materiales impedirán usar el pico y tendremos que recurrir a objetos que encontraremos como una taladradora, dinamita o un potente puñetazo que nos permita seguir avanzando por las diferentes localizaciones. Para el funcionamiento de estas herramientas necesitaremos agua extraída de las minas. Cada vez que usemos una de ellas, la barra de energía irá descendiendo hasta que necesitemos volver a extraer más.
A pesar de ser un robot, el comportamiento de Rusty se acerca mucho al de los humanos. Mientras investigamos las minas habrá que vigilar la barra que refleja el fuego que queda en el candil. Sin él seremos incapaces de ver en las oscuras profundidades subterráneas y solo podremos conseguir más fuego de dos formas: obteniéndolo tras eliminar a algunos enemigos o subiendo a la superficie. El exterior supone, en contraposición a la actividad que hay en las minas, un reposo para canjear los minerales que hemos obtenido y mejorar algunos aspectos de nuestro personaje como la salud o la efectividad del pico.
La jugabilidad de SteamWorld Dig no es una innovación en el género ni oculta las referencias de las que bebe, pero sí supone un soplo de aire fresco que añade las suficientes novedades como para tener al jugador enganchado durante horas explorando minas.
FUSIONANDO IDEAS -GRÁFICOS/SONIDO-
Si hay algo que llama la atención desde un primer momento es el estilo artístico del juego. La decisión de unificar la estética western con personajes robots no desentona en ningún momento gracias a un buen diseño de personajes (a pesar de estar compuestos por tornillos y tuercas aún conservan rasgos humanos que los hace muy agradables) y una paleta de colores basada en tonos amarillos y marrones. Es muy loable el amalgama de estilos que el estudio ha logrado, pues en ningún momento resulta forzado ni extraño.
Como buen juego de plataformas en 2D (de hecho, el 3D de la consola es algo meramente anecdótico en el juego), los sprites están algo limitados en sus facciones y movimientos, pero el conjunto es satisfactorio gracias a efectos como las pequeñas concentraciones de polvo que se producen al mover a Rusty por las minas o la importancia de los puntos de luz en las profundidades.
En cuanto al apartado sonoro, SteamWorld Digopta por utilizar la música como simple complemento de la acción que se muestra en pantalla. De esta forma, la mayoría de pistas están ideadas para crear la ambientación que necesita el juego. La banda sonora en su conjunto, aunque no destaca ni quedará para el recuerdo, consigue que con largas sesiones de juego no resulte monótona. Algo muy distinto ocurre con los efectos de sonido. Jugar con el volumen al máximo resulta una auténtica ayuda en la tarea de extraer minerales en las oscuras minas, pues según el sonido emitido al picar las rocas, sabremos si nuestros golpes están resultando efecto o debemos usar otra herramienta.
PROFUNDAMENTE ADICTIVO -DIVERSIÓN/OTROS-
SteamWorld Dig tiene vida útil muy extensa y única gracias a su propia mecánica de juego. Adentrarse en el mundo subterráneo es siempre un reto nuevo y distinto, pues las minas se irán generando de forma aleatoria junto a los puzles que encontraremos en ellas. De esta forma, todas las partidas son diferentes y ante la necesidad de obtener nuevos minerales, estaremos obligados a tomar decisiones sobre qué camino cavar.
Las primeras veces es muy probable que Rusty muera, y por consiguiente, perdamos los materiales conseguidos. Sin embargo, en ningún momento esto supone una experiencia frustrante por la sabía localización de los puntos de control y la posibilidad de volver a recuperar los minerales que teníamos volviendo al lugar en el que nuestro personaje murió.
Aunque su singular jugabilidad ya justifica el título por sí mismo, lo cierto es que el argumento que se esconde tras la aparente simplicidad en las tareas de Rusty es mucho más que un estímulo para seguir avanzando. Descubriremos el papel de los humanos en la aventura y el por qué del contexto del juego. Las ideas que se perciben sobre la trama son interesantes y sin duda se vislumbra la ambición del estudio, pero permanece la sensación de que podrían haberse aprovechado mucho mejor.
EL MUNDO ESTÁ BAJO NUESTROS PIES -CONCLUSIONES-
En cualquier caso, éste es el resultado de una compañía que reúne los anhelos necesarios para crear tan insigne trabajo, y que sin duda debe ser un ejemplo a seguir para otras desarrolladoras. SteamWorld Dig es un imprescindible dentro del catálogo de la eShopde Nintendo 3DS y esperamos que se confirme pronto su secuela para llegar a ser ese juego de sobresaliente que tanto persigue (y que en muchos aspectos consigue).