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[Opinión] La objetividad en la prensa de videojuegos

El éxito de los blogs está en que todo contenido pasa por el filtro de la subjetividad de quien habla de igual a igual. Quizás ese sea el problema del periodismo de videojuegos en la actualidad, que se crean barreras entre personas con distintos perfiles. Para que no se produzca ese distanciamiento inconsciente, el informador debe recordarse a sí mismo que tiene que ser primero jugador antes que periodista si quiere ser transparente, honesto y conectar con los lectores. De la misma forma, me produce una urticaria tremenda leer tantos portales que sin tener un buen contenido, pretenden tener una base regular de lectores a base de chistes de mal gusto y tratando al usuario en un tonoinformal e irrespetuoso. Eso es más propio de una función chabacana que de un medio que pretende informar o compartir una opinión.

Retomando la idea central del artículo, es cierto que los periodistas y comunicadores no pueden actuar como adalides de la objetividad plena y absoluta, pues al fin y al cabo todo hecho noticioso queda impregnado de cierto carácter propio. Sin embargo, sí que es cierto que dentro de esa subjetividad innata existe una jerarquía bien clara que va desde la abstracción más humana posible, hasta la saturación de opiniones. Y es que este es otro punto a tener en cuenta cuando se habla de objetividad en la prensa de videojuegos.

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Artículos escritos por Rosa Jiménez, redactora en El País.

Todo tiene una intención, desde el lenguaje que se utiliza en la redacción, hasta los colores predominantes en el diseño de la revista. De la misma forma, las noticias con titulares que resaltan determinados aspectos del acontecimiento con un contenido claramente sensacionalista y sesgado buscan la polémica fácil. Me parece insultante que algunos confundan ser profesional con la falta de ética. Ocultar la información que no queremos que conozcan los lectores u obtener el patrocinio de una importante distribuidora no solo manifiesta una inclinación del medio hacia una facción, sino que resulta una ofensa hacia los jugadores (ejem, Doritos, ejem). Por no hablar de ese doble rasero de aquellos que trabajan en un medio de comunicación y al mismo tiempo para una desarrolladora. Para muchos esto es una realidad desconocida pero por desgracia es algo bastante frecuente en el periodismo internacional y supone un auténtico cáncer para el sector.

No pretendo hacer una simple crítica al deteriorado estado de la prensa de videojuegos, sino realzar la evidente falta de un modelo sólido y claro que consolide al sector como un puesto de responsabilidad, consciente de la ética profesional y cargado con la objetividad que se le exige, tal y como ocurre en otros ámbitos del periodismo. Es cierto que aún es joven y queda un largo camino por recorrer, pero no por ello hay que desatender la situación actual. Me gustaría concluir con una cita de José Manuel Fernández, más conocido por el pseudónimo de Spidey, un auténtico comunicador y gurú de la historia de los videojuegos que expone así su opinión respecto a la circunstancia por la que pasa hoy día el sector:

La prensa actual es una prensa absolutamente sumisa a las directrices de las productoras de videojuegos. Es una verdad como un templo el hecho de que constan como parte del conglomerado comercial de todo lanzamiento, donde se tiene en cuenta hasta el blog más amateur de cara a que se hagan eco de las tediosas notas de prensa. El gran problema es que todos quieren estar en el ajo, no desean que las grandes casas les miren mal, que desaparezcan las invitaciones a los eventos, las copias promocionales, etc. Al final, con esta triste dinámica siempre acaban pagando justos por pecadores, siendo especialmente la mayor víctima el público, el cliente susceptible de comprar un videojuego que por la citada sumisión habrá recibido un tratamiento a todas luces poco imparcial.

Fragmento extraído de una entrevista realizada por el portal Despiram.

 

 

 NOTA: Que nadie confunda mis palabras. No puedo acabar este artículo sin declarar mi amor por sitios como Topofarmer o El Pixel Ilustre entre tantos otros que han demostrado que existe otra forma de hablar sobre videojuegos y, sobre todo, muy necesaria.