[Retroanálisis] Mario VS. Donkey Kong (GBA)
Mario VS. Donkey Kong es un juego para GBA que vio la luz el 24 de mayo de 2004 en América y que unos meses más tarde pudimos disfrutar por estos lares. Si decimos los nombres Mario y Donkey Kong, a cualquier persona que este un poco puesta en el mundo de los videojuegos se le vienen montones de juegos a la cabeza y experiencias inolvidables. Pero en este juego retomamos la filosofía inicial del arcade Donkey Kong, cuando Mario aún no era Mario, y Donkey nos lanzaba barriles a diestro y siniestro. Veamos la historia del juego.
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Corría el año 1981 cuando la empresa japonesa Nintendo hizo un último esfuerzo por asentarse en el mercado Norteamericano. La persona a cargo de tal proyecto: Shigeru Miyamoto, un joven emprendedor hasta entonces desconocido. Las limitaciones técnicas de la época definieron el aspecto que a día de hoy tiene Mario (o como era conocido entonces, Jumpman), ya que la gorra y el bigote fueron ideados para solventar el problema que suponía el escaso número de pixels que se podían usar. El resultado del esfuerzo de Miyamoto fue un juego que marcaría época y que se convertiría en un éxito absoluto.
Un año más tarde se lanzaría el juego Donkey Kong Jr. para NES. La secuela directa del arcade pero con algunas variantes en su historia. En esta ocasión es Mario el que mantiene cautivo a Donkey Kong y Donkey Kong Jr. tratará de salvarlo. Es el único juego en el que Mario ha actuado como antagonista. Como curiosidad cabe decir que la NES fue diseñada con las expectativas de que pudiera correr un juego arcade como Donkey Kong, por lo que podemos decir que Donkey determinó la potencia de la consola.
Lanzado en el año 1994 se parecía bastante a sus dos predecesores. No obstante el juego pegaba un giro radical a partir del momento en que conseguíamos derrotar a Donkey Kong (que sería el final del arcade original). Lejos de quedarse hay parado, el gorila vuelve en sí y logra secuestrar a Pauline de nuevo (que es la mujer que Mario trata de salvar tanto en el arcade como en este juego). A partir de hay el enfoque del juego cambia completamente y pasa a ser un juego de puzzles. Esta entrega de GB, que ya analizamos en su día en Nintenderos, es el predecesor más directo del juego que nos ocupa hoy.
Tabla de contenidos:
Argumento
Los juegos de Mario no suelen tener un argumento excesivamente complejo, y tampoco lo necesitan, este no es una excepción. Donkey Kong está plácidamente viendo la televisión en su casa cuando de pronto ve un anuncio de los Mini-Mario. Los Mini-Mario son unos juguetes a cuerda que imitan a nuestro famoso fontanero y que dicen su frase estrella: «Mamma mia».
Cuando Donkey ve el anuncio no duda en salir corriendo a la calle a hacerse con unos cuantos ejemplares del juguete, pero su desilusión es inmensa cuando descubre que todas las existencias están agotadas. Como no puede soportar la espera, la paciencia no parece una de sus virtudes, decide saquear la fábrica de los Mini-Mario. Con su saco lleno pone pies en polvorosa, pero… ¡Mario sale tras él para recuperar sus juguetes!
Primer contacto con el juego
Tras ver la introducción, pasamos a la pantalla del título. Pulsamos «Start» y vemos la pantalla de selección de archivos. Podemos guardar hasta tres partidas distintas por cartucho. Elegimos el primer slot y se nos muestran los niveles disponibles. A diferencia de como es habitual ya en Mario, en este juego no hay un mapa por el que desplazarnos. Tenemos todos los niveles y podemos seleccionarlos con la cruceta y el botón A (excepto aquellos que no hayamos desbloqueado, lógicamente).
Elegimos el primer nivel y nos encontramos con un escenario lleno de colorido. El juego ofrece ayudas a modo de tutoriales en estos primeros niveles. Antes de empezar un nivel se nos muestra un pequeño vídeo en el que vemos a Mario realizando un nuevo movimiento y la combinación de botones necesaria para ejecutarlo. Una vez que estemos «ingame», encontraremos algunos bloques de ayuda que nos mostraran un cuadro de texto para orientarnos.
Cuando nos ponemos a controlar a Mario lo primero que notamos es que es menos ágil que en otros juegos. A pesar de que puede ejecutar acrobacias espectaculares como el salto lateral, o el pino, se mueve más lento que en sus juegos de carácter puramente plataformero. También puede usar un mazo para acabar con todos los enemigos que tiene por delante o agarrar objetos y lanzarlos. Además de esto , puede subir por las lianas, usar barras para dar saltos gigantescos como si de un gimnasta se tratase y una infinidad de movimientos más. Es muy importante también el uso de unos interruptores de colores que nos encontraremos en los niveles ya que harán aparecer y desaparecer elementos como escaleras o cubos de basura que serán cruciales a la hora de resolver los niveles. Nos empezaremos a divertir desde los primeros instantes del juego. «Diversión directa» podría ser la marca de Mario, y en este juego no es menos.
Las fases
El juego consta de seis mundos, cada uno con ocho fases. De esas ocho fases las seis primeras siguen el esquema normal, mientras que la penúltima y la última son especiales.
El esquema normal que comentábamos antes consta de dos sub-fases. En la primera hemos de hacer que el fontanero consiga la llave que hay en el nivel (previo uso de nuestra capacidad para resolver puzles y dar saltos) y que pueda así abrir la puerta que hay en el nivel. Esta nos llevará a la segunda parte, en la cual hemos de guiar a Mario a través de todos los peligros hasta rescatar un Mini-Mario. En las dos sub-fases hay paquetes de regalo colocados en puntos estratégicos para poner a prueba nuestra habilidad, que sumarán puntos a nuestro marcador. Si logramos acabar el nivel en poco tiempo y con muchos puntos, se nos otorgará una estrella que servirá para desbloquear los niveles «Experto», de los que hablaremos más adelante.
La penúltima fase consiste en guiar a todos los Mini-Mario hasta un cofre que hay en el nivel. Los Mini-Mario tratarán de seguir a su «papá fontanero», pero como no tienen el mismo elenco de movimientos que él, les tendremos que allanar el camino. Cuantos más Mini-Marios consigamos rescatar sanos y salvos, y en el menor tiempo, más puntos para conseguir las estrellas mencionadas anteriormente.
La última fase de todos los mundos es, como no, un enfrentamiento contra Donkey Kong. Estos enfrentamientos son variados y muy entretenidos. Tendremos que saltar por la lianas de la selva lanzándole fruta, hasta arrojarle un cubo de la basura que encontraremos por ahí tirado. También se pueden conseguir las susodichas estrellas si acabamos en el menor tiempo posible con el simio.
Y tanto hablar de las estrellas y de que sirven para desbloquear el modo «Experto», os estaréis preguntando que demonios es. Pues son un conjunto de niveles aparte de la historia que hacen honor a su nombre. Si ya es difícil lograr las estrellas para desbloquearlos (y cuando decimos difícil, nos referimos a dificultad de la buena), es más difícil aún pasárselos obteniendo todos los regalos. Todo un reto para los más expertos en desatascar cañerías.
Solo con comentar el gran número de fases que tiene el juego, os podéis imaginar que es un juego largo y variado, pero puede que al acabarlo nos espere una jugosa sorpresa que no hemos comentado…
Calificación
Ya hemos comentado la mayoría de las características del juego, pero… ¿Qué sería de un análisis sin su apartado de calificaciones? Procederemos ahora a diseccionar el juego como si de una práctica de Biología se tratase, para puntuar todos sus apartados uno por uno, a saber: Gráficos, Sonido, Jugabilidad, Diversión y Dificultad.
Gráficos: 8. El juego podría haber explotado aún más la capacidad gráfica de Game Boy Advance. Esto no quiere decir que el juego tenga malos gráficos, nada más lejos de la realidad, pero si que podrían haber subido el listón un poco. Esto se compensa con los escenarios y los personajes, que aunque son simples, están llenos de colorido y tienen un buen diseño. Donde sin duda el juego se sale, es en las escenas de introducción, mostrando una calidad muy alta para la máquina de la que estamos hablando.
Sonido: 9,5. Uno de los puntos fuertes del juego. A veces ocurre, que en las consolas con limitadas especificaciones técnicas de sonido, las melodías acaban volviéndose repetitivas y cansinas, «taladrándonos» mientras jugamos. Esto no ocurre con Mario VS. Donkey Kong, las melodías son pegadizas, acompañan bien al juego y no cansan ni se vuelven repetitivas. Mención aparte para los efectos sonoros del juego, aparte de los saltos, los derrapes, o el sonido que producirán los distintos elementos interactivos, podremos oír a Mario soltando alguna de sus perlas de vez en cuando. ¡Mamma mia!
Jugabilidad: 9,5. Estamos hablando de un juego de Mario. Si Mario hubiera tenido que llamarse de otra manera, probablemente hubiera sido Jugabilidad, porque eso es lo que derrochan sus juegos, jugabilidad por todos los lados. A pesar de ser un juego que reúne a dos grandes personajes, es muy sencillo de jugar (que no fácil, por evitar la confusión) y eso se agradece. Hay momentos en los que no tenemos ganas de usar los controles más complejos con 14 botones, sino de sentarnos con nuestra portátil y echar unas partidas relajantes pero desafiantes. Eso es lo que cumple este juego. Sencillez, desafío, y jugabilidad.
Diversión: 9. El juego divierte desde el primer momento hasta el último. ¿Cumple bien su función, no? Para eso es un juego, para divertir. Y bien podría llevarse un 10 en este apartado con su ingente cantidad de puzles, saltos y plataformas, pero a veces es tan complicado que frustra al jugador y eso le quita el punto final que le falta. No obstante, sigue siendo una bomba de diversión.
Dificultad: 8,5. Un juego con una dificultad elevada. Pasarse las fases pude ser sencillo (relativamente), pero conseguir todos los regalos, desbloquear los niveles del modo experto y obtener las mejores puntaciones es una tarea para titanes. Ni que decir tiene que una vez desbloqueados los niveles del modo experto, pasárselos al 100% será otro de los retos que el jugador más avezado se propondrá. Si le ponemos un 8,5, es porque en ocasiones esta elevada dificultas puede llegar a frustrar a algunos jugadores si se quedan atascados mucho tiempo, pero para los amantes de los retos, este es su juego.
Conclusión: Un juego con gráficos simples pero resultones, unas melodías y unos efectos sonoros de lujo y jugabilidad y diversión por los cuatro costados. Estamos seguros de que encantará a todos, pero aquellos que busquen un reto, encontraran una especial satisfacción completando este título al 100%. Sin duda, este juego se merece la notaza que le damos.