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[Análisis] Monster Hunter Tri

[Análisis] Monster Hunter Tri

El mundo no es un lugar seguro, y el hombre no siempre está en condiciones de considerarse el rey de la creación. En ese basto mundo donde le ha tocado vivir a la humanidad, humanos y wyverns no siempre conviven en perfecta armonía. A veces el choque puede ser fatal…

Sí, efectivamente, si algún despistado no ha reparado en el título, por la introducción ya sabrá que me estoy refiriendo al universo de Monster Hunter. En concreto, el título que hoy nos ocupa es el de Monster Hunter Tri, la tercera entrega de la saga, pero que en realidad es el primer título que conoce una consola de Nintendo, pues previamente todas habían sido para las consolas de Sony.

 

Cuidado con los monstruos…

 

El centro de atención, y la de la saga en general, son los monstruos. Ellos son en realidad los verdaderos protagonistas, pues las cinemáticas giran en torno a los monstruos y su hábitat. Es cierto que, como se ha señalado en la introducción de este análisis, existen wyverns gigantescos y terribles, pero también los hay pequeños. La cadena trófica aparece bien delimitada, con herbívoros (unos totalmente inofensivos, otros no tanto), pequeños carnívoros, y grandes depredadores.

Herbívoros como el Aptonoth son una importante fuente de alimento, aunque su caza no tiene mucho valor en sí misma.

En total son 35 especies de monstruos, siendo 17 las especies menores (si contamos a los peces, que pueden ser de distintas formas), y 18 los grandes wyverns. La inmensa mayoría de estas grandes bestias son exclusivas de este juego, salvo Rathian, Rathalos y Diablos. Otros tres son exclusivos del modo online (Deviljho, Jhen Mohran y Alatreon), criaturas tan terribles que es más que recomendable enfrentarlos con la ayuda de otro cazadores.

La experiencia de batalla contra semejantes adversarios es dura y trepidante, y se desarrolla a tiempo real. Cada enemigo tendrá su propia gama de movimientos, cuya rutina es imprescindible aprender para esquivar o bloquear sus ataques a tiempo.  No tienen barra de energía, por lo que habrá que fijarse en su aspecto y su lenguaje corporal. Cuando esté cansado y hambriento, babeará y caminará de modo renqueante; cuando esté furioso, según la especie, expulsará vapor, emanará fuego, etc., precedido de un rugido; cuando esté herido, cojeará, pero también puede que ataque a la desesperada. Conforme vaya recibiendo daños, veremos cómo se van degradando partes de su cuerpo, o perdiéndolas (especialmente la cola). Ésto otorga a las batallas una dosis de realismo sobresaliente.

Cuando se cansan, los monstruos deberán buscar una fuente de comida (aunque nuestro cazador también deberá hacer lo propio). Hasta tal punto llega el realismo del juego.

Estas criaturas podrán ser anotadas en el Manual del Cazador para recopilar información sobre ellos. Su tamaño también será tenido en cuenta, puesto que al finalizar su misión será registrado. Si éste supera el récord de los de una misma especie vistos hasta ese momento, nos lo hará saber. Con cada encuentro se irán desbloqueando cinemáticas y contenidos curiosos que se irán añadiendo a la galería.

Como todo ser vivo, éstos habitan en un determinado ecosistema, en este caso el isla de Moga, el Bosque Inundado, los Llanos Arenosos, la Tundra y el Volcán. Cada uno de ellos contará con distintas áreas con variaciones en clima, fauna y flora, dándonos la impresión de estar en un verdadero espacio natural. Se irán desbloqueando a medida que se avance en el juego.

 

Cazar sin parar

 

La espina dorsal del juego no es otra que la caza de dichos monstruos. De hecho, la trama no es más que una excusa para cazar sin parar, con los diálogos y las cinemáticas reducidos a la mínima expresión. Debemos personalizar a nuestro cazador al principio del juego (sexo, tono de piel, peinado, etc.), y no muestra ningún tipo de personalidad.

Nuestro cazador es un recién llegado a la isla de Moga, donde una serie de terremotos amenazan su supervivencia. Se tiene la certeza que el temible Lagiacrus está detrás de todo ésto. El Gremio de Cazadores, la institución que protege a la humanidad de los wyverns, nos irá encomendando misiones ordenadas en rangos según su nivel de dificultad a los que iremos accediendo a medida que vayamos completando buena parte de las misiones, con una Misión Urgente como transición entre uno y otro, que tendrán que superarse forzosamente. De vez en cuando surgirá alguna misión relacionada con el peligro que corre la aldea, pero el peso de la trama es muy bajo.

Lagiacrus será nuestro némesis durante buena parte del juego. Sus ataques eléctricos son especialmente letales.

También existe un modo de juego que se sustenta exclusivamente en la lucha, sin ninguna trama de por medio, ni otros objetivos distintos a ese. Estamos hablando de la Arena, donde nos enfrentaremos a uno o más wyverns, con un equipamiento distinto al que usamos habitualmente y objetos ya asignados o que encontramos cerca, como pociones u otros que nos serán útiles. Obtendremos monedas de la especie en cuestión como premio.

Para luchar contra los enemigos, contamos con un amplio arsenal, del que podremos disponer a nuestra libre elección. La  espada y el escudo permite protegerse a la vez que lanza ataques certeros, pero es muy poco potente.La gran espada cuenta con un enorme poder destructivo y con potencial defensivo, pero su lentitud es considerable. El martillo es demoledor y puede aturdir al monstruo, pero falla en la defensa. La espada larga es muy rápida, y es capaz de cargar poder espiritual. La ballesta puede ser de tres tamaños distintos, y admite una amplia gama de proyectiles, pero es recomendable que alguien nos cubra las espaldas mientras la usamos. La lanza es eminentemente defensiva, pero poco ágil, ya que es imposible esquivar con ella. Por último, el hacha-espada, la novedad del juego, es un arma polivalente que permite manejara en dos estados distintos.

A la hora de manejar estas armas hemos de tener presente que sus controles están totalmente individualizados según el tipo que escojamos, y que por lo tanto serán diferentes entre sí. Puede jugarse con mando de Wii y Nunchuk, o con el mando clásico. La jugabilidad está especialmente enfocado para esta segunda opción, y las combinaciones de movimientos son más efectivas siguiendo un patrón determinado de combinaciones de botones. A no ser que se sea muy habilidoso, o que se le dedique mucho tiempo al juego, lo normal es especializarse en algún tipo de arma.

La gran espada es tanto ofensiva como defensiva, y permite alcanzar a varios enemigos a la vez.

La importancia de recoger y combinar objetos

 

Quizás decir que todo el juego es caza sea algo inexacto. También habrá misiones donde tengamos que capturar vivos a esas criaturas, pero cobra especial importancia la recolección de objetos, recorriendo los mapeados repletos de detalles en busca de los objetos que busquemos. Para conseguirlos, a veces nos encomendarán expresamente una misión para tal fin. Otras serán misiones libres, en las que podremos dedicarnos tanto a cazar como a recolectar (los tours en los que hay que entregar ticket zarpa). También podremos salir al bosque de Moga por nuestra cuenta para proveernos de los recursos de la zona.

Estos objetos se hallan en canteras, ciertas plantas, panales, grupos de setas, montones de huesos, corales, etc., y, por supuesto, en los monstruos que cacemos, tanto grandes como pequeños. Por lo general se puede extraer más de uno. Pero los tipos varían en función del área donde nos encontremos. En unos lugares habrá, por ejemplo, un tipo de mineral concreto, o plantas diferentes, por lo que tendremos que saber dónde buscarlos. Unos serán más raros que otros, es decir, con posibilidades distintas de aparecer.

Un tipo de recurso especialmente abundante de los Llanos arenosos es la flor de cactus, que será requerida para cierta submisión en la aldea de Moga.

Pero, ¿para qué recolectar tanto objeto? Aquí es donde entra en escena otro de los puntos fuertes del juego: combinar objetos para conseguir otros nuevos a partir de éstos , al más puro estilo rolero. Las posibilidades son enormes, puesto que no sólo podremos combinar dos objetos simples para crear otro más elaborado, sino que ese objeto resultado de la fusión de ellos puede ser combinado a su vez para crear otro. Por ejemplo, se puede utilizar una hierba y una seta azul para crear una poción, pero esa poción puede ser mezclada con miel para obtener una super poción; o combinar una telaraña y una hiedra para obtener una red, para posteriormente hacer lo propio con una herramienta trampa para conseguir una trampa escollo.

Otro uso tan importante de esos materiales, o incluso más si cabe, pues de ello depende la caza, es la de entregar las materias primas que te pidan los herreros para forjar o mejorar armas y armaduras. Existen dos tipos específicos, las de hueso y las de metal. Para el primer tipo, la mayor parte de los materiales deben ser extraídos del monstruo en el que estén inspiradas, mientras que para el segundo son fundamentalmente metales y minerales extraídos de las canteras. Habrá de distintos elementos (Agua, Fuego, Hielo, Trueno, Dragón, Veneno y Aturdir), y con sus fortalezas, debilidades y afinidades, como en todo buen juego de rol.

Cada equipo está inspirado en un determinado wyvern. La equipación de Barroth tiene un aspecto tan robusto como la propia criatura.

Para mejorar las armaduras harán falta además las esferas homónimas, que se conseguirán en ciertas canteras o las obtendrás como recompensas. Cuanto más alto sea el rango de mejora, más poderosas serán las armas y armaduras. En el caso de las primeras, en ocasiones habrá opciones de elegir distintas vías mejora. De esta forma, un mismo tipo de arma inicial puede dar como resultado otras muy diferentes, siendo una muestra de la profundidad del juego en este campo.

 

Un modo online sobresaliente

 

Hasta ahora nos hemos referido al modo para un jugador, o bien hemos aludido a conceptos muy generales, que pueden servir para todo modo de juego. Pero el verdadero meollo está en el modo online. El modo un jugador puede durar muchas horas, pero en el online esa duración se vuelve indefinida, puesto que existen varios alicientes que te impulsan a seguir jugando, de los que hablaremos a  continuación. Además, el servicio es de buena calidad, con escasas caídas del servidor, un tanto inusual en un juego para Wii. Además, es totalmente gratuito.

Para empezar, en el online tenemos la oportunidad de ascender de rango. El rango no es algo que mejore los atributos defensivos u ofensivos del cazador, como sí ocurre con los niveles en los juegos de rol puro, sino que da la opción de ascender a misiones de mayor dificultad. Como en el modo de un jugador, para ascender a la siguiente categoría habrá que enfrentarse a un desafío, aunque esta vez con ayuda de otros jugadores, a los que siempre podremos agregar a la lista de amigos. Además, es posible comunicarse con ellos a través del chat escrito (un teclado USB facilita mucho la tarea) o por voz mediante el Wii Speak.

Los nombres de los jugadores, su armamento y su barra de energía figuran a la izquierda de la pantalla. No por ser más la batalla será más fácil.

La propia mecánica del juego hace que sea necesario conseguir una misma misión varias veces. En el caso del modo online, para ganar experiencia que nos permita subir de rango, además de para conseguir los objetos necesarios para mejorar el equipo, lo que es aplicable para ambos modos de juego. Pero si en el modo individual puede llegar a  hacerse repetitivo, en el online se hace más llevadero, y hasta ameno, ya que al tener siempre distinta compañía da la sensación de estar jugando misiones diferentes, pues ninguna es igual.

Quien nunca haya jugado al Monster Hunter Tri podría pensar que el multijugador es más sencillo que el anterior modo al haber más jugadores, pero estaría muy equivocado. En el online la resistencia de los monstruos, incluso de los pequeños, es mucho mayor de lo normal, de modo que el que quiera enfrentarse a un Gran Jaggi sin ayuda al creer que ya los vence en el modo un jugador con los ojos cerrados se encontrará con más problemas de los esperados. Además, si otro jugador es noqueado, se descontará una de las tres oportunidades, y si llegan  a cero todo el equipo perderá, sea quien sea quienes hayan caído. Es como lo que ocurre en el modo individual, pero aplicado a todos.

Jhen Moran es uno de los imponentes monstruos exclusivos del modo online. La forma de vencer a esta mole es algo más elaborada que el de otros monstruos.

Por otra parte, existen misiones exclusivas, como la de enfrentarse a wyverns inéditos en el modo un jugador, como ya se comentó al principio del análisis. También existen eventos temporales que irán cambiando según los días, lo cual lo vuelve extraordinariamente dinámico. Encontraremos servicios similares a los de la ciudad, como herreros o tiendas donde comprar equipo, pero también negocios exclusivos, como una tienda regentada por un Felyne que nos ayudará a fabricar el mobiliario de nuestros aposentos.

 

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Lo mejor:

+ Un modo online brillante con una gran calidad y lleno de alicientes.

+ Batallas trepidantes, con unos wyverns enormes e imponentes y que parece que están vivos.

+ Las posibilidades de combinar y personalizar objetos, armas y armaduras son enormes.

Lo peor: 

La trama es muy plana y el protagonista tiene la personalidad de una piedra.

Es fácil encasillarse en un determinado tipo de arma, ya que es más sencillo especializarse en una que dominarlas todas.

Se puede hacer muy pesado completar una y otra vez la misma misión, sobre todo en el modo de un jugador.

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JUGABILIDAD: 8

Es probable que al principio cueste hacerse con el control del juego. Primero, probando qué mando resulta más manejable, si el Wii Mote + Nunchuk o el clásico (en ese sentido, un servidor prefiere el clásico pues permite una mayor soltura en ataques combinados), luego, con el arma que mejor se adapte a las preferencias de cada uno, por no hablar con combinar la cámara (que no sigue automáticamente al personaje, sino que debemos manejarla nosotros) con el movimiento del cazador. Cuando por fin se adquiere la práctica necesaria, el control será notable, pero como ya se dijo, por ello es fácil encasillarse, quedando la amplia gama de armas algo ensombrecida.

GRÁFICOS: 9,5

El apartado gráfico alcanza niveles sobresalientes, un tipo concreto de gráficos superado por pocos juegos en lo que a este estilo se refiere. El tratamiento de los elementos del paisaje y los colores utilizados en ellos se adaptan muy bien a cada mapa o microclima, con un aspecto ciertamente individualizado. Un mapeado que además está plagado de detalles. El diseño de los personajes es tan realista como lo permite el estilo de juego. Pero donde realmente se luce es en los monstruos, cuyo aspecto, movimientos y reacciones físicas a nuestros ataques son tan realistas nos darán la impresión de que están vivos.

SONIDO: 8,5

Las melodías son de una calidad más que aceptable, y en algunos casos alcanzan niveles épicos (dos ejemplos principales serían la melodía principal o la de la batalla final). Pero el repertorio es relativamente escaso, reciclándose para los mismos monstruos de cada escenario, por lo que se termina haciendo repetitivo. Con mayor variedad puede que estuviéramos hablando de una de las mejores bandas sonoras de Wii. En todo caso, cumplen su función en lo referente a ambientar las batallas. Cada monstruo tiene su rugido individualizado, y los efectos sonoros son variados y ambientan bien las batallas y las acciones. Nuestro cazador puede tener distintas voces según la que seleccionemos.

DIVERSIÓN: 9

Crear nuestro propio cazador, las batallas trepidantes, personalizar nuestro equipo, movernos por entornos variados, etc. El juego está repleto de alicientes, pero puede terminar cansando tanta rutina. Por suerte, el modo online ameniza el juego hasta altas cotas, debido al mero hecho de jugar con más jugadores (con la cooperación y rivalidad que ello supone), o por la gran variedad de eventos que ofrece, además de subir de rango y mejorar nuestro equipo. Esa diversión puede  mermarse algo si no hay suerte en las partidas online (por ejemplo, no encontrar ayuda en determinada misión, o que los compañeros no sean especialmente diestros y perdamos la partida).

DURACIÓN: 10

En el modo para un jugador podemos tardar decenas de horas. En el modo online esa duración se extiende hasta el infinito. Somos nosotros los que decidimos cuándo poner fin a nuestra partida, en función de los objetivos que nos marquemos. Esto da una libertad pocas veces vista en un juego de Wii.

TOTAL: 9

Monster Hunter Tri es un RPG que mezcla rol y acción a tiempo real de una forma magistral, con una mecánica de juego que nos atrapará casi desde el primer momento que lo dominemos. Aunque en sí no es excesivamente innovador, sus excelentes gráficos, su jugabilidad más que aceptable, la posibilidad de optar por el equipo que mejor se adapte a nuestra forma de jugar, y, sobre todo, su excelente modo online, lo convierten en uno de los mejores juegos de Wii de 2010 y, en general, en un título imprescindible para todo fan del género.

 

 

 

9.0

[Análisis] Monster Hunter Tri

Puntuación Nintenderos: Imprescindible

  • Historia:
  • Jugabilidad:
  • Gráficos:
  • Sonido:
  • Duración:
  • Multijugador:
Destaca en:
  • Prácticamente todo, pero lo más destacable es su impresionante modo online.
Flojea en:
  • Las misiones pueden hacerse algo repetitivas si juegas solo.
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