Análisis “Super Mario Land”
En 1989 si no me equivoco nuestro fontanero gordinflón saltaba al mundo portátil, es decir, a la Game Boy. En esta época los gráficos de esta consola hacían volver locas a las personas y sobretodo siendo una consola la qual podías llevartela a todas partes. Si empezamos ha hablar de este juego podemos decir que la historia hasta mediados de la mitad del juego no era muy clara ya que no tenía una introducción y los personajes no hablaban. El juego fue todo un éxito ya que en total vendió mas de 17.000 millones de copias por todo el mundo, coronandose así como el tercer juego mas vendido de esta franquicia. La historia trata de que un extraterrestre secuestra a la princesa Daisy con la finalidad de casarse con ella y Mario cuando se entera va en busca de ese extraterrestre para detener sus planes malvados pero este hipnotiza a todos los aldeanos de Sarasaland (anda que el nombrecito) para que ataquen al fontanero bigotudo. Con esta simple historia Mario se convirtió en el principal icono de Nintendo así reconociendo el potencial de Nintendo en aquellos tiempos.
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El juego era bastante entretenido, consistía en ir pasando pantallas y pantallas donde derrotabamos a los enemigos saltando sobre ellos. Cada vez que derrotabamos a un enemigo obteniamos 100 puntos al igual que consiguiendo monedas que se encontraba dentro de bloques de roca o dentro de unas tuberías aún sin color.
Mario tenía tres fases evolutivas: La primera la simple si eras alcanzado por un enemigo eras derrotado y perdías una vida, la segunda en la qual Mario tiene una altura superior y mayor resistencia porque es capaz de ser alcanzado una vez y no ser derrotado, en esta fase mario no podía destrozar los bloques (en cambio en la segunda y tercera fase si podía). Cuando Mario se transforma por decirlo así gracias al champiñón obtiene un grado mas de resistencía pero si a este le palpaban volvía a su estado anterior. Por último tenía la transformación donde cogíamos una especia de rosa con un cara sonriente la que nos daba el poder de lanzar bolas de fuego y así derrotar a los enemigos sin tener que saltar sobre ellos aunque se podía hacer.
Cada pantalla consta de 300 segundos para completarla si la pantalla se completa en un tiempo mínimo el tiempo restanse te añadía a tu puntuación. En la pantalla los decorados eran simples (claro de eso hace ya 20 años) y se podían observar palmeras en el fondo. Además la variedad de enemigos era escasa solían aparecer casi siempre los mismos enemigos, pero entretenía bastante. Otra pega y creo que la mayor era que el juego no se podía guardar y claro te tenías que pasar el juego de una estacada. El juego en si tenía unas cuatro o cinco horas de juego pero una vez pasada la historia podías volver a jugar al juego pero más difícil y con enemigos de pantallas finales en las iniciales. En cada pantalla salían unas estrellas de los bloques con el que te hacías inmune y con tocar al enemigo lo derrotabas, lo malo es que era durante un tiempo de corto plazo.
La música era simple pero cuando jugabas la tarareabas y además acompañaba muy bien según el lugar donde te encontrabas. El sonido Fx era muy parecido a las típicas series de animación. Después de pasar algunas pantallas te encontrabas con un enemigo final. Si les cogías el truco no eran tan fuertes como parecían. Y no nos olvidemos que el juego era rejugable y te podías pasar meses y meses jugando y no te aburrías.
En el juego solamente podemos escuchar la voz de Mario que es cuando dice ¡Daysii!. Y si no me equivoco es el único juego en el que Daysi ejerce como la princesa secuestrada igual que el archienemigo que tiene en este juego porque pronto son subtituidos por Peach y Wario. El juego no hiba por tierra en una pantalla se pudo disfrutar del mar donde Mario hiba con un submarino.
Gracias a este juego Mario aparte de hacerse el rei de las plataformas y de las consolas de sobremesa también pegó un saltito en la tecnología y se hizo el rei de las portátiles de aquella generación, claro está ejerciendo su trabajo como fontanero.