The Legend of Zelda: Spirit Tracks, el nuevo Zelda.
La leyenda del héroe con traje verde que vino al mundo para acabar con la oscuridad va camino de reescribir su particular periplo de gestas a doble pantalla y golpe de stylus. Satoru Iwata (presidente de Nintendo Japón) anunció durante la recién acabada Game Developers Conference un
nuevo Zelda y, además, para
Nintendo DS, apoyándose en un tráiler que mostraba a la nueva revisión de la portátil (DSi) como soporte de la siguiente aventura de Link.
Pero no fue eso lo más significativo, ya que el héroe del tiempo aparece en esta nueva entrega como maquinista, complementando así su faceta natural, la cual volverá a desempeñar. Los primeros segundos del vídeo así nos ofrecen a un
Link con gorra de mensajero, presumiblemente en la función de recorrer el escenario para hacer llegar información a distintos personajes como la princesa Zelda, que aparece en una de las escenas como muestra irrefutable del restablecimiento de la monarquía en las series.
Echando un vistazo a la
pantalla superior podemos apreciar un circuito cerrado de vías con distintos caminos a tomar (interconectados en alguna parte a otros mapeados distintos), mientras que en la pantalla táctil se contempla la acción de una locomotora de madera que, curiosamente, recuerda en su construcción al S.S. Linebeck visto en
Phantom Hourglass. Para los más entendidos, el retorno de una tecnología como el vapor, así como de elementos del escenario reminiscentes a los del anterior Zelda de DS, podrían confirmarnos estar ante una secuela (muy a pesar de que las aventuras de Link nunca se hayan caracterizado por una continuidad temporal).
¡A todo tren!
Sea como fuere, la
pantalla inferior permite tanto rotar la cámara como accionar manivelas cuando lleguemos a las bifurcaciones de las vías. Se ha añadido igualmente un control de velocidad para el tren -también táctil- así como un pito que deberemos de tocar para ahuyentar a todos los animales que se interpongan en el camino. A nuestra disposición hay incluso un
cañón, activable cuando pulsemos en la pantalla sobre todo aquel enemigo que intente invadir las vías por las que circulamos.
Los viajes en esta particular locomotora muestran indicios de gozar de una gran relevancia en el nuevo Zelda para Nintendo DS. Evidentemente, los de Kyoto todavía han desvelado muy poca información como para llegar a una conclusión clara, pero el título del juego,
Spirit Tracks (vías espirituales), ya arroja mucho contenido acerca de la naturaleza fantástica de la que van a disfrutar Link y su peculiar tren.
Así pues, los viajes por el mar de
Phantom Hourglass parece que aquí se sustituyen por los de las rutas ferroviarias a lo largo de escenarios donde los fans ya han realizado sus particulares indagaciones. Por ejemplo, se habla de la presencia de una nueva versión del
castillo de Hyrule, así como de otras estructuras y escenarios, como una playa, algún que otro bosque y toda una serie de elementos que pueden apreciarse en la relativamente vasta lejanía que es capaz de representar una máquina como la portátil de Nintendo.
Con el gorro de héroe
Interesante resulta, por ejemplo, y ya controlando a Link en su estado natural, la presencia de zonas seguras en una de las mazmorras. Esto se podría relacionar con el Templo del Rey del Océano visto en la anterior entrega, o tal vez con la simple conservación de aquella mecánica que nos hacía completar los puzles del escenario en un determinado plazo de tiempo. No sería nada descabellado, sobre todo teniendo en cuenta el gusto del Departamento de Análisis y Desarrollo de Nintendo por recuperar elementos del pasado para ajustarlos a una innovadora dinámica de juego.
Eso es precisamente lo que parece que vamos a encontrarnos en Spirit Tracks, gracias a nuevos «
gadgets» como una especie de creador de remolinos de viento, útil tanto para aturdir a enemigos como para alcanzar objetos desde la distancia.
Reseñable también es la capacidad de nuestro héroe para adquirir el control de los que, en
Phantom Hourglass, conocimos con el nombre de
Guardianes Fantasma. Pues bien, aquí vuelven para restablecer una dinámica de puzles donde su colaboración se hará necesaria para activar un interruptor lejano o para acabar con un enemigo invulnerable a los ataques de Link. Todo lo que tenemos que hacer es marcar la ruta que deseamos siga nuestro guardián. El resto lo hará él, atizando con su poderosa espada a los rivales que se encuentre por el camino.
La leyenda regresa a la doble pantalla
Las señas de identidad que marcaron el estilo Zelda a golpe de lápiz regresan en este título para invitarnos otra vez a controlar el movimiento de Link y sus ataques pulsando la pantalla inferior de la consola. Asimismo, la doble pantalla se despliega ante nuestros ojos tanto para mostrar acción como un
mapa de situación, el cual intuimos que deberemos de tener muy en cuenta para completar con éxito la aventura.
El aprovechamiento de la «dual screen» goza una vez más de una importancia vital en el caso de las batallas de final de nivel. En estas situaciones, y debido a la inmensidad de los monstruos a derrotar, las dos pantallas se dedican única y exclusivamente a la acción, en un intento suponemos que también dirigido a establecer determinados puzles dentro de los propios enfrentamientos, como ya ocurrió en
Phantom Hourglass.
En cuanto al estilo visual, es idéntico al «cel-shading» que Link lució hace dos años. La apariencia de dibujo animado que creara
The Legend of Zelda: Wind Waker se materializa en una nueva entrega portátil que lleva toda la intención de rescatar los efectos sonoros tradicionales de la franquicia, así como una banda sonora para el recuerdo con nuevas composiciones que parece van a realizar un armonioso abuso de los instrumentos de viento y cuerda de los que tanto gusta Miyamoto. Y es que va a ser muy difícil esperar hasta el lanzamiento de un videojuego que todavía no cuenta con fecha de salida en Europa. Los japoneses lo descubrirán a finales de año, pero nosotros aún tardaremos unos cuantos meses más en subirnos al tren de Link para revivir la leyenda de Zelda a doble pantalla.