[Análisis] Monster Energy Supercross – The Official Videogame
La bebida energética Monster y su competición de motociclismo llevan este frenético deporte a Nintendo Switch, con Milestone siendo la desarrolladora detrás del producto y Bandai Namco la distribuidora.
Es uno de los juegos que han llegado a todas las plataformas actuales, con la versión para Nintendo Switch siendo la única portátil.
Os contamos qué tal han llegado las motos de Monster a la consola híbrida de Nintendo.
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Darse a la bebida
Monster Energy Supercross para Nintendo Switch se trata del juego oficial de la competición de Monster, donde motoristas conducen en terreno arenoso y abrupto.
Es un género que, a pesar de que la consola lleva poco más de un año, ha sido bastante explotado por desarrolladores de todo el mundo, tanto con ports como con juegos totalmente nuevos, pero parece que todavía nadie ha dado con la tecla.
Se ha pretendido ofrecer un juego muy personal con el sello Monster en todos los apartados estéticos, pero también un buen juego de carreras en las que la técnica está por encima de la velocidad.
Una lección de conducción colérica
Como ya os comentamos al inicio del análisis, el juego llega a las consolas actuales, Playstation 4, Xbox One y Switch, así como a PC, siendo la plataforma menos potente la de Nintendo. Con una buena optimización se pueden conseguir versiones prácticamente idénticas a las de sus competidoras. Lamentablemente, no es el caso.
En este port para Nintendo Switch, básicamente se han reducido las características, efectos, elementos en pantalla y efectos de iluminación hasta que el juego consigue correr con fluidez. Esta es la parte positiva: se ha conseguido un número de imágenes por segundo relativamente constante.
Se nota que no se ha puesto mucho esfuerzo en que llegue una gran versión del juego a la consola, y es que su aspecto general es bastante flojo.
Las animaciones de los motoristas son bastante correctas, y es de lo poco salvable a nivel técnico.
Los entornos relativamente cerrados y la escasa distancia de dibujado necesaria, hacen que no sea imprescindible la aparición paulatina de objetos. De hecho, podemos ver a muchos pilotos simultáneamente en pantalla moviéndose en pistas cercanas.
Tampoco tendremos variedad en los estilos de pistas. Los ruedos de Supercross no suelen variar demasiado, y en el juego simplemente se representan diferentes estadios con diferentes trazados.
Los menús son demasiado pequeños para el modo portátil, y la baja resolución no ayuda a aumentar su visibilidad. Esta versión del juego machaca en modo portátil la resolución, estando muy por debajo de los 720p y viéndose increíblemente pixelado en algunas secciones.
Resulta incluso cómico ver como el motorista que manejamos, en las escenas previas o posteriores a las carreras, hablan con otros personajes que, sin exageran, se mueven con una frecuencia de una imagen por segundo, como si solo ciertos modelados estuvieran en stop-motion.
Durante las carreras, las animaciones de los pilotos al caer son similares a las de juegos como Trials Evolution, como un peso muerto sin vida. Esto funciona relativamente bien con un sistema de físicas que lo acompañe, y si se usa en el momento adecuado. No siempre es así, y hemos visto en alguna ocasión como el piloto salía disparado de la moto por falta de sujeción, y perdía toda la esperanza de volver a agarrarse al volante.
Por decir un punto positivo del apartado técnico, los efectos sonoros de las motos están bastante conseguidos, así como el rozamiento con el terreno y las colisiones.
En buena dirección
Los juegos de motociclismo tuvieron su punto álgido hace unos años con Trials Evolution para Xbox 360, con unos inicios magníficos en la propia Nintendo en Excite Bike. La tónica de juego sigue siendo muy similar: ganar carreras superando montículos de tierra y inclinando la moto hacia detrás o hacia delante para optimizar la velocidad.
En Monster Energy Supercross usaremos el acelerados con el gatillo derecho, mientras podremos frenar con el B y girar a los lados con el stick izquierdo. Para inclinar la moto hacia delante o hacia atrás deberemos usar el stick derecho, que quizá sea más preciso pero no es nada intuitivo.
Aun así, el control se siente un tanto duro, poco preciso y a la mínima que no pasemos con el acelerador, puede que terminemos sobre una valla. No hemos probado cómo funciona en el resto de plataformas, pero puede que los gatillos analógicos hayan sido un handicap para el sistema de control.
Vienen los recortes en los modos: en las versiones para otras plataformas, los modos no sorprendían en absoluto, aunque teníamos un editor de pistas y un modo online, para competir contra otros jugadores.
La versión de Switch no tiene ni rastro de estos modos, y deja un menú desangelado que tarda en cargar más de un minuto. Podremos elegir en el modo para un jugador una Prueba Individual, carreras contrarreloj, un como Trayectoria en la que llevar a nuestro motorista hasta lo más alto, y un modo Campeonato en el que enfrentarse la CPU para ganar la Supercross. Son modos muy sencillos, y como ya hemos dicho, no sorprenden.
También podremos personalizar nuestro personaje y nuestra moto, aunque las opciones de personalización se quedan un tanto cortas para un juego de estas pretensiones, más propias de un título indie.
Los Extras que ofrece el juego son un tutorial para aprender a manejar correctamente a nuestro motorista.
Se trata de un título un tanto complicado, aunque probablemente se deba más a la imprecisión del control que a la inteligencia artificial en sí misma.
Cómo no agradar a Nintendo Switch
Lamentablemente, estamos ante una de las peores versiones de un juego multiplataforma para Nintendo Switch. Es incomprensible la eliminación de los modos de editor de circuitos y online, que dejan un juego cojo por todos lados.
Por otro lado, se hace uso de la vibración en alta definición, pero quizá demasiado: los Joy-Con vibran casi constantemente durante las carreras, y el modo por defecto es demasiado fuerte. Podría haber sido una buena oportunidad para aprovechar alguna de las características de la consola, ya que no utiliza correctamente su hardware gráfico ni el sistema de control.
Aunque lo que más duele es la falta de multijugador local, que lo pide a gritos un juego de estas características. Como veis, los desarrolladores han dejado esta versión del juego para “disfrutar” en solitario.
Tampoco está habilitada la captura de video en Nintendo Switch, aunque si es posible hacer capturas de pantalla.
El pinchazo
Este juego es un ejemplo, y no precisamente bueno, de lo que los desarrolladores no deben hacer en Nintendo Switch. Totalmente falto de optimización, el apartado técnico lastra la experiencia a pesar de su framerate más o menos estable. La eliminación de modos de juego y el precio al nivel de otras plataformas, lo convierte, simplemente, en una broma de mal gusto.
En caso de que te guste mucho el motocross, puedes encontrar en Monster Energy Supercross un paliativo a la espera de algo mejor, pero nos es muy difícil recomendar este juego por muchos motivos, y el más importante es la desgana con la que está hecho.
Esperemos que, próximamente, Switch reciba versiones más adaptadas a ella y en las que se ponga más cariño, y no tenga que aguantar más juegos como este en su catálogo.